28 enero 2010

Zalamea, Pasó un tren por el Puente de San Blas

Los dos ojos del viaducto dejan ver a lo lejos un cielo color crema que, sobre las barandas que protejen al peatón de una caída, se va convirtiendo en verdadero torbellino de humos y nubes, como si un huracán abrasador estuviese merodeando por la zona. Acaba de pasar un tren cargado de mineros hacia su faena diaria en contramina, las balsas, construcción casas, filón norte o sur... Sigo pintando junto a la otra vía, la que viene de la Estación Vieja y pasa por el ojo de la derecha camino de Huelva. La sensación de serenidad me lleva a una tranquila meditación, sentado sobre los riscos de tonos pastel, muy distinta al oscuro contorno de esta obra, pintada al óleo sobre lienzo de 100 x 81 cm.

Nerva, tierra de artistas.

La inconfundible y bella torre de Nerva se alza orgullosa sobre el edificio del Ayuntamiento y proyecta su luz sobre la calle semidesierta en una mañana de mayo. El reflejo de las nubes que se apelotonan sobre la villa queda plasmado en la fachada del blanco edificio de la derecha, detrás de la farola que iluminó las noches del centro nervense antes de que pusieran en su lugar una insufrible fuente pretendidamente modernista. Bajo esta perspectiva de colores, los naranjos bajan su habitual verdor que irán recomponiendo cuando este extraño amanecer de paso a la exuberante luminosisidad del mediodía. Con unas dimensiones de 81 por 100 centímetros, está pintado al óleo sobre lienzo.

Bellavista, el barrio de los ingleses.

Una verdadera sinfonía de ocres y amarillos rojizos confieren a este cuadro el aire británico que sus creadores dejaron durante tantos años en las minas de Riotinto. En el poste en primer término esta escrito el nombre del barrio, detrás unos toques verdes, al lado una señal de circulación limitando la velocidad por el recinto donde hasta tenían sus guardas para que los obreros y sus familias no perturbaran el descanso del guerrero inglés. Un cerramiento de afiladas lanzas y un farol oscuro. El efecto de los cuadrados superpuestos en lo alto de la composición nos puede hacer ver un poco de la Corta Atalaya que se encuentra inmediatamente detrás y que, envueltos en tonos grisáceos, dan un efecto de atmósfera cargada procedente de algún barreno reciente. (Óleo/ lienzo 100 x 81 cm.)

Zalamea, ermita del Sepulcro.

Un tormentoso -y atormentado- ambiente envuelve la ermita del Sepulcro mientras los últimos rayos de sol dan a la cal blanca de las paredes la siempre repetida orgía de tonalidades del atardecer en la Zalamea primaveral y semanasantera. El viernes santo, tras la procesión, vendrá la Vía Sacra a la que sólo hombres (y en silencio) podrán asistir. La frágil construcción parece navegar sobre un mar encrespado y el matorral se convierte en olas que rompen contra el pétreo muro rematado de ladrillos gruesos, ligeros toques de verde esmeralda se acurrucan junto al yerbazal y, sobre él, arriba a la izquierda como un negro presagio, los nubarrones amenazan tormenta. La oscura puerta permanece abierta esperando la llegada de la urna en tanto la omnipresente potencia del viento del oeste rompe blancos y celestes llevándose consigo trozos del pequeño y fantasmal campanario. La obra esta pintada al óleo sobre lienzo con unas medidas de 100 x 81 centímetros.

27 enero 2010

El humor, fuente de salud

En este fotomontaje les muestro las consecuencias de distintos estados de buena esperanza: la señora de tres meses y el esposo de tres barriles de cerveza. El humor que nunca falte, el gran Salvador Dalí tenía bastante bien desarrollado el sentido del humor y solía decir que “existe sólo una diferencia entre un hombre loco y yo. Yo no estoy loco". Y es verdad, de loco tenía poco, de jeta, la que tiene que tener el artista que, además de tener algo que decir con su arte, quiere “venderlo” bien y en eso tenemos verdaderos magos. ¿Qué es el arte?, sino una manera de ver; el hombre inteligente no es el que tiene muchas ideas, sino el que sabe sacar provecho de las pocas que tiene, porque, amigos, las cosas no son difíciles de hacer, lo que es difícil es ponerse en situación de hacerlas, querer hacerlas... y hacerlas bien. El amigo de la barriga cervecera hace bien lo que le gusta, que es beber, a su señora, por el contrario, le gusta seguramente tener un precioso bebé y, a mí, me encantaría que así fuese.

Riotinto, Nerva, Zalamea... Valladolid


Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y, sobre todo, que estamos en Valladolid, vamos a hacer un retrato del pintor moderno: de estatura media, flaco, con barba de seis semanas, algunos piojos, la cartilla del paro con más sellos que un cuadro antiguo del Museo del Prado y rodeado de pintura por todos lados menos por una: por la boca, donde no pasa un puchero caliente desde las últimas votaciones cuando el partido de turno le dijo que le firmase un manifiesto en pro de la cultura a cambió de un contrato de tres meses dándo clases a la asociación de viudas y viudos de Pucela. El contrato acabó y nuestro artista pasea su demacrado retrato por tabernas y tugurios de los polígonos donde allí encuentra el cariño de las prostitutas que lo tratan infinitamente mejor que el prostituto que le compró el voto por un plato de lentejas en las últimas elecciones. Oración despedida y firma de este retrato que nos mira desde la maraña infelizmente reinante.

Nerva, Zalamea, Riotinto... Santander

Estamos en Santander (soñar no cuesta nada) muy cerca de El Sardinero, mientras Sorolla nos muestra sus pinturas, entre ellas, la pesca del atún en Ayamonte. Mucha gente se echa al monte para pintar árboles y casitas…, mientras otros se quedan en la playa tomándose su caña, con sardinas y cervecita. ¡Cita sea mi estampa!: Sorolla pintando y yo aquí rajando. Uy, perdón: pintando… el genio y figura de un torero sobre el aire santanderino, todo muy taurino, si pensamos que Sorolla no solo pintaba niños desnudos en la playa y señoras con el cesto en la cabeza sino que, como se sabe, pintaba todo tipo de paisajes marineros, ayamontinos. Bueno, dejemos los pinceles, dejemos de mover los pinreles, demos los últimos toques a este matador de luces y, lo dicho: nunca perder el sentido del humor, aunque sea pintando más en serio de lo que, visto así, de pronto, se deduce.


26 enero 2010

El despelote nacional.

Hoy, aprovechando que supuestamente estamos en Almería vamos a pintar de boquilla una marina aprovechando el paseo que nos damos por sus playas: cielo azul, mar azul y camisa azul no falangista sino la de una señorita que se la quita porque el calor es sofocante y, el sofoco al quitársela y dejar sus partes mamarias al aire libre del Mediterráneo hacen que el señor de las sombrillas dé un brinco hacia las gafas que se ha dejado en la bolsa del bocadillo. Que bocadillo le daba, decía para su interior mientras en el exterior, los pintores se afanaban por pintar y pintar las marinas azules, los cielos azules y las dunas color siena tostada de la germanita coronados de un rojo carmesí, que para sí querría el señor de las sombrillas y los ciento cincuenta pintores que pintaban de pie, agachados y de rodillas. Qué maravilla. Hasta aquí la crónica platónica desde Almería a la que acompañamos por un dibujo publicado en el Huelva Información sobre la banca, las hipotecas, la crisis y el despelote. Saludos a don Francisco de Goya (y a Lucientes... ) Click para ampliar

Sevilla tuvo que ser

Amigos, pintar lo que uno quiere y encima que te lo compren es tan sencillo como echar un huevo a freir… por lo que está claro que la operación nos puede salir por el otro. En caso de la pintora como la que retrato, por un ovario, o varios, depende. Decía que costaría un huevo como el que pintó Velásquez y he aquí la prueba oval de lo que cuesta vivir del arte, incluso al mismísimo artista sevillano. Por otra parte, en Sevilla se venden cuadros por un tubo (Sevilla …tuvo que ser). Una compañera mía expone cada año en la capital hispalense y siempre con suerte: no le compran pero tampoco le roban ninguna obra. Obras son amores se dijo y enamoró a una galerista que, esa sí, la acogió como agua de mayo …pero ya saben ustedes que en mayo todos los gatos son pardos y la señora de la galería resultó ser una buena copia de la duquesa de Alba (una mala copia sería imposible, claro está). Así que lo dicho; mejor comerse un huevo frito que acostarse con una patata frita.

25 enero 2010

Pintar la torre de Zalamea

Podríamos decir que la he pintado decenas de veces. La torre del pueblo está omnipresente en el pensamiento colectivo de la gente. Esta mañana me decidí a terminar otra que solo tenía abocetada, de encargo, y de pequeño formato (apenas 27 x 35 centímetros). Puse el lienzo sobre una tabla cogido con cinta adhesiva, preparé los colores al óleo, quité algo del carboncillo con que la había dibujado todo lo minuciosamente posible y me lancé a la faena. Serían las diez de la mañana, sobre las dos de la tarde la di por terminada. Primero el “capirote” azul y blanco de azulejos que es lo que más lata me suele dar, luego manchas aquí y allá para terminar con el cielo azul celeste y una cigüeñas sobre las bolas que coronan las cuatro esquinas de la torre en cuya pared principal, debajo del reloj, figura una placa de piedra con la inscripción “1606 ANS”, más de cuatro siglos. Cuatro horas viéndola en directo desde mi estudio. Como tenía a mano una cámara de foto le hice una instantánea durante y otra después, ya terminada y firmada, que casi siempre se me olvida.

24 enero 2010

Una tierna mirada

Si Velázquez captó con tanta precisión la torba mirada del papa Inocencio X qué decir del niño principe Baltasar Carlos del sombrero negro sobre caballo de cartón. Una tierna mirada que yo pinté y he reiterado bastante. En este cuadro de 100 x 81 centímetros en óleo sobre lienzo pongo la mirada escrutadora del niño entre colores ocres y dorados acorde con la parafernalia de la época. El misterio de la pintura esta presente en la sinfonía de colores pastel con algunas pinceladas de ese azul celeste velazqueño que tanto se prodiga en su obra. Traté de combinar mi propia simbología, perfiles de casas, zonas geométricas e incluso algunas zonas sin pintar pues este cuadro, como muchos otros, lo pinté por el lado sin preparación, es decir, por el lado “de atrás” del bastidor.
Esta obra llamada “El principito” me sirvió para ilustrar la portada de un libro sobre arte que escribí para una empresa con el fin de promocionar a 13 pintores empleados en ella y aquí dejo la referida portada.

A propósito del mar...

En este mar de dudas que se vive no solo en el arte sino en casi todas las disciplinas del saber y entender al ser humano, una cosa es segura: Velázquez (y le sigo desde siempre pero sobre todo desde el inolvidable curso que realicé en el Museo de Sevilla sobre este genio de la pintura universal. Uno de los cuadros que más me impresionan es éste del papa Inocencio X quien, al ver la obra, quedo tan impresionado que le dijo "troppo vero" (demasiado real). El referido papa destacó por una fealdad que Velázquez ocultó todo lo que pudo aunque dejó al descubierto su psicología y la intrinseca mala leche reflejada en su mirada.

23 enero 2010

"Otro mundo es posible"


Mantengo firme en mi mano diestra un lápiz que dibuja en negro sobre blanco: "Otro mundo es posible", compañera. No un mundo de refinada hipocresía, en el que los negros y las negras renieguen de su belleza oscura.
Otro mundo es posible, compañera. Un lugar donde no haya vencedores ni vencidos, donde la palabra guerra quede relegada a los libros de Historia, sin hambre ni miseria, sin odios o temores, con sentido común, sonrisa y canto cotidiano.
En otro mundo nuevo sí que es justo y necesario creer, y quererse, aunque sea caminando bajo la tormenta. Creer en uno mismo y en quien lo merezca, amar y ser amado, gozar de algún momento de gloria en buena lid ganada... Y soñar que ha amanecido aunque sea noche cerrada.
¿Por qué resignarme a vivir entre fronteras? ¡Otro mundo es posible a pesar de algún que otro canalla! Así y todo, nada de abdicar, ¡que el muro caiga!
Sigo escribiendo. Mantengo firme en mi mano diestra un lápiz llamado a ser martillo de derribar barreras... mientras mi mano izquierda acaricia el papel lo mismo que acaricia tu cuerpo, compañera.
Soy un optimista, de suerte que ya bien informado y, por tanto, sin dar cuartel al inmoral corrupto. Hoy, ya lo ves, escribo con lápiz, con prisas y rotundo: "Cambiaremos el mundo en veintitrés segundos".
Sueño. Con los ojos abiertos a la dura realidad, yo sueño, y juro y prometo, por tu amor, dos hijos y tres nietos, que moriré feliz de noche, madrugada o pleno día, con la ilusión de que otro mundo sea posible, amada tierra mía.
Hasta aquí el poema que escribí en esos momentos en que la injusticia universal no deja lugar a dudas: otro mundo es posible y no podemos cruzarnos de brazos mientras la canalla encumbrada sobre los más débiles va deshaciendo la ilusión de una vida mejor para todas y todos.
El poema lo he querido ilustrar con este cuadro que hice para la revista Silbos, editada por la asociación Miguel Hernández, nuestro querido e inmotal poeta del pueblo: “A galopar, a galopar... hasta enterrarlos en el mar...”

Retrato robot

A veces se pinta, a veces se escribe un retrato robot como el presente. Y así es cuando se descubre, en un momento dado, que el rostro impenetrable del tonto (o tonta) del pueblo no era quien todos creíamos sino alguien aparentemente normalizado.
Se dice que pocos animales más temibles como una persona empeñada en comunicar sus ideas y proyectos pero que, en el primer envite, se descuajaringa al carecer su boquita de piñón de recursos propios que comunicar.
Frentes amplias que esconden ideas cosidas con alfileres, proyectos que pasan por creer que el golpe de suerte que les aupase en un momento dado, es un don divino concedido a una cara pretendidamente bonita.
Pero la inaguantable frivolidad del ser aquí abocetado (no abofeteado, que eso está muy, pero que muy feo) jamás se rinde; sigue en sus trece, haciendo como que hay algo más que nada tras una mirada pretendidamente inteligente, imposible de escamotear a la pincelada de cualquier pintor que pinte -o escriba- por amor. Este cuadro es de 80 x 60 cm. y está pintado al óleo sobre lienzo montado en tabla, con el rostro de don Francisco de Goya, tan alejado de retrato robot que hemos descrito.

Estaba yo pintando este cuadro...

Estaba yo pintando este cuadro cuando me enteré por la radio que, llegando a Zalamea, sobre las cinco de la tarde, un hombre acababa de perder un brazo en el enésimo y pico accidente ocurrido en la funesta carretera nacional 435, la que con tanto esmero prometieron desdoblar los zapateristas hace ya la tira de años. Helicóptero, los del ciento doce, bomberos, ambulancias, guardia civil, municipales y algunos curiosos acudieron al lugar. El lugar es justo donde hace años ya, los aznaristas de entonces habían medido y planificado el by pass para al menos sortear el pueblo, tirar por detrás del monte del Pilar Viejo, vadear la Crucecita, seguir cerca de la ermita de San Blas, Tiro al Plato hasta el cruce donde se bifurca hacia Jabugo, Nerva, Aracena o Zufre la dichosa vía de la muerte y, ahora, de los brazos cortados. Buenos días y paciencia, hermano, me dije mientras pintaba este bodegón con botella de Anís El Pilar, pimiento verde, naranja naranja, tomate rojo y un cuadro al revés con una vista del pueblo en blanco y negro. El cuadro mide 60 x 50 cm y está pintado al óleo sobre lienzo montado en tabla. Estaba yo pintando…

Nerva y mi "Tierra de mineros"

Este cuadro de metro y medio por cada lado fue seleccionado para el Salón de Otoño de Huelva. Está en el catalogo editado por el ayuntamiento onubense. Es curioso porque no ganó pero un señor llamado Andrés buscó mi teléfono y me llamó indignado (creo que desde Trigueros) porque no hubiese ganado y para comprármelo, quedé en llamarlo pero perdí su número telefónico y me quedé con esta obra a la que quiero tanto y que esta inspirada en estas letras publicadas en mi libro “Tierra de mineros” de 1996:
Me encuentro en el viejo Filón Planes junto a la vieja fragua y al viejo y desaparecido malacate. Todo es ya viejo en la vieja mina. Estoy sentado, y no estoy solo aunque lo esté. Siento a mis espaldas la no voz del capataz ausente, repartiendo a los hombres cuyos destinos nadie sabe, y mucho menos yo, el hijo del maestro herrero. Estoy mirando a Nerva desde la cuna del cobre y no comprendo corno muere la Historia, cuando aún queda tanto para la última palabra, aquella que señala el camino del retorno. Y vuelve la no voz diciendo a Mr. Browning: "Si usted me lo permite, no baje hoya la mina que no está muy segura por los desprendimientos en cadena". Cuando vivimos constantemente en la congoja el fantasmal suspiro de la tierra cruje y huele a muertos, corno cuando la sensación de olvido nos invade. Si someterse a la atracción del recuerdo es necio, yo pido a los dioses fenicios y romanos gloria: la Gloria, un interludio lunar, una canción de cuna, una luz cegadora que rompa la retina al viento. La sinfonía pétrea de los silencios me llama, me late la vida en la distancia del no quiero. ¡Quién sabe si moriré después de haberte visto, Nerva! Quién sabe si lo que siento a mis espaldas es algo más que voces inventadas por mí mismo. Siento el tiempo con un dolor enorme aquí en el pecho, el pobre capataz que un día gritara sin sentido yace dormido en el abismo de un montón de escoria, crece la conmoción desde Nerva a Zalamea, y es preciso y exacto dar noticia a la metrópoli; dar aviso a la guardia de asalto y al cura; ir a la imprenta de Chaparro por la esquela, y abandonar la estación de Enmedio en diez segundos.
Al rechinar tremendo que rompió la madrugada, el tren se va, y yo sigo aquí, junto a la fragua; ya mi padre ha templado el acero de las barrenas, afilado los cinceles y las brocas gastadas del sudor. El aire de la soplante trae sanes escoceses mientras, en Bellavista, una "mileidy" se acostó con un minero, y. el aire de la soplante se torna en pasodoble. Ruge el fracasado intento de huelga general y según la Pirenaica, los nervenses, una vez más, dan el primer paso hacia la reconstrucción moral (los obreros callan y el terrible murmullo de su silencio quita el sueño a M. Browning y a su ayudante Wynter). Reconozco, Nerva, que estoy ante mi pensamiento solo, sólo con la fuerza ausente del minero hermano, del compañero muerto tras el 'paisaje violeta desnudo de emociones y preso de la ira. Cae la tarde ... Cae por fin la tarde en el viejo Filón Planes,' junto a la fragua donde un día mi padre fue feliz un día, él que me enseñó a distinguir El Ventoso del Pozo Bebé, me habló de Vázquez Díaz, Labrador, el maestro Rojas y me cantó bajito y quedo el himno de Riego. No creo, no creo que vuelva en mucho tiempo a Filón Planes, no se puede, amor, forzar tanto esa máquina tan frágil llamada corazón.


Homenaje a Góngora en el Museo de Huelva

En este cuadro que se encuentra en el Museo de Huelva me puse a combinar en una sola imagen diversos motivos relacionados con Córdoba, como homenaje a su pasado esplendoroso, y también al presente. La construcción de arriba, a la izquierda, es la impresionante Mezquita, en el centro, el poeta cordobés Luis de Góngora. Nacido “niño bien” que estudió en la Universidad de Salamanca, viajó por toda España, fue un putañero reconocido y sus composiciones profanas le valieron pronto una amonestación del obispo, durante su vida se enfrentó en terrible y célebre enemistad con su gran rival, Francisco de Quevedo. Al amigo Góngora le hicieron capellán de Felipe III, pero siguió seco de dinero y amargado por este mundanal motivo hasta su muerte en 1627. A pesar de que no publicó en vida casi ninguna de sus obras poéticas, éstas corrieron de mano en mano y fueron muy leídas y comentadas. Es decir, un Vincent van Gohg de la poesía que reinó después de muerto. A la implacable vena satírica, ligera y humorística unió otra, elegante y culta, como los poemas dedicados al sepulcro de El Greco, mi admirado Greco. Don Luis rompió con todas las distinciones clásicas entre géneros lírico, épico e incluso satírico. En el cuadro está implícito su célebre poema “Honra me ha causado hacerme oscuro a los ignorantes, que ésa es la distinción de los hombres cultos”. Como se ve, nuestro amigo de mirada perdida, rodeado de colores ocres, grises y oscuros, no se andaba por las ramas. Este cuadro fue presentado por la entonces delegada de Cultura de la Junta de Andalucía, fue en el citado Museo de Huelva, y mide casi dos metros de alto por uno y medio de ancho.


22 enero 2010

Destrucción masiva

El humor en los años del sida. Una gracieta en el velatorio colectivo del tanatorio infame. La tragicómica busca y captura de un payaso reconvertido en terrorista. Algo conmovedor y grotesco; ridículo más que dramático. La vida sigue, mientras los niños ríen al salir del cole y los profes suspiran aliviados por quitárselos de encima. La ciudad se agita en hora punta, interpretando un rocambolesco juego de muerte o paraplégia. Motos y motoristas; borrachines y locos de atar al volante de artefactos de destrucción -ahora sí- masiva.
Y un ciudadano normal que cuenta chistes hilarantes sobre la capacidad o incapacidad mental del presidente universal recién e infelizmente entronizado.
Conmovedor fin de un telediario satírico, bufo y descaradamente neurasténico.
Todo esto flota en el aire mientras pinto este cuadro de gran formato (162 x 130 centímetros) al óleo sobre lienzo: cielo tormentoso, ciudad amarilla como cierta prensa, franja roja que siempre mantiene la llama, autopistas que serpentean a la entrada de la gran ciudad: Barcelona, donde tanto aprendí y gocé durante aquellos cuatro años de mi juventud.


No habrá perdón

“Realmente es extraña la seguridad con que la mala gente cree que todo lo malo que hace le saldrá bien, me dijo ayer un viejo amigo ante la nueva putada que le han hecho.
No la cuento entera, ya saben ustedes como son esas cosas, esos seres que mienten con toda naturalidad, sin darse cuenta, a veces, que son víctimas de ellos mismos, de sus maldades: no hay mayor venganza que oírles mentir y hacer como que se les cree. Que le vayan dando. Es el mejor mecanismo de defensa que existe contra una mala gente, convencida de que sus infinitas maldades han de quedar impunes, sin nada ni nadie que les ponga la cara colorada, descubriéndole maldad tras maldad, traiciones y puñaladas traperas que producen, sobre todo, infinita tristeza.
Para el traidor no habrá perdón, cantaban los Quilapayún, cuando a algunos pinochetistas no se les pasaba ni por el forro de sus cortas entendederas que algún día serían pasto del desprecio colectivo.
Realmente es extraña, sí señor, la seguridad con que algunos hijos de perra creen que todas sus repugnantes maldades siempre les van salir bien”.
Hasta aquí el artículo (entrecomillado) publicado en el diario Huelva Información varios años antes de tomarse esta fotografía en la que el artista zalameño Jesús del Toro, de naranja, contempla la colocación de la escultura que (él y yo) hicimos al alimón como homenaje a Lope de Vega en Zalamea la Real y que después fue retirada por las autoridades locales.


Comer y fumar lo justo

Parece que Don Quijote le dijo a Sancho (al verlo tan rechoncho y con el asfixie clásico del enorme perímetro barrigal que lucía) que se comiese poco y se cenase menos ‘dado que la salud se fragua en el estómago’.
Y parece que llevaba más razón que un ‘santo endocrino’ de los de cien euros por visita y ‘vuelva usted mañana’ (rememorando el título de las viñetas que un muy amigo mío deja cada día en el periódico) o vuelva dentro de unos meses donde se pesará, medirá barriga y cuello y le insuflará la suficiente ilusión como para que no se olvide ‘pasar por taquilla’ de forma intermitente, entre dieta de adelgazamiento y dieta de engorde.
Llevaba razón el manco de Lepanto: comamos poco y cenemos menos, bebamos lo suficiente y fumemos lo imprescindible para no engordar la deuda del SAS…, pero con el suficiente tacto para que la santísima Junta de la autonosuya pueda mantener abiertas las fábricas de tabacos andaluces, no se vaya a producir una toma de conciencia social del currante y fiel votante fumador, sobre todo cuando toque recuento de papeletas en las opacas urnas de ésta, algún día, transparente democracia.
Hoy, el revés que normalmente, acompañamos este artículo publicado en el Huelva Información con un cuadro al óleo de 100 x 81 dedicado al gran tocayo mío “A Vincent van Gohg y a todos los locos por la pintura” escribo en el mismo lienzo que tengo colgado en mi casa de Zalamea. Fresas de Palos, manzana de Lepe, naranja de Moguer, un vaso de agua del Pilar de las Indias y unos toques verdes como centro de la composición.


21 enero 2010

Realidades cotidianas

Esta es una obra meticulosamente elaborada con varios elementos reconocibles de Zalamea la Real. Arriba, a la izquierda, el Pilar de la Fuente enmarcado junto a una vista del conjunto iglesia-torre desde el Paseo Redondo. Un despliegue total de elementos abstractos se combinan con lo real. Real como la vida misma es la cara amable de la torre con su reloj sobre pinceladas sueltas y amplias y el rostro juvenil sacado de la ingente iconografía artística. Es un cuadro realizado con la soltura que en muchos momentos no se presenta, se ve que ese día era de los que uno sí se siente “en forma”. A mi me subyuga seleccionar objetos e imágenes dispares, unir arte y vida, recuerdos y realidad constante y sonante. Mide 75 por 75 centímetros y esta pintado al óleo sobre lienzo.

20 enero 2010

Zalamea, Campillo, Riotinto, Nerva: Tierra de mineros,

El sol negro humo se asoma sobre el polvo rojo de una explosión de barrenos en la Corta Atalaya. Lo miro, o mejor dicho, lo recuerdo desde lo alto del monte llamado La Crucecita, en las afueras de mi Zalamea natal, delante de mí, los palmares verdes se extienden mezclándose en la retina con el trueno que viene del norte. En un fondo morrongo oscuro, fui depositando trozos de cielo, fragmentos de nubes y líneas de puntos hasta emborracharme del olor que traía el ambiente. Soñar no cuesta nada y esta obra es la expresión más auténtica de los lazos que vamos dejando en el discurrir del tiempo. La elección del motivo era habitual en aquellos años dada mi vinculación sentimental con la mina, el recuerdo de tantos sufrimientos pasados por la gente de esta tierra, y de quienes vinieron desde muy diversos puntos de España: Aroche, Extremadura, Jaén…, o la vecina Portugal, me reafirma en que la Historia y las personas responsables de la tragedia actual no han sido justas con la Cuenca Minera del Río Tinto y por eso llamo a este cuadro, pintado al óleo y de 100 x 81 centímetros como llamé a mi primer y único libro de poemas sobre esta tierra: “Tierra de mineros”.

19 enero 2010

Minas de Riotinto: en Filón Planes junto a Nerva

Con fuerza y decisión me puse a dejar constancia pictórica de mis recuerdos mineros. Cuando era un niño, mi padre me llevó en dos o tres ocasiones a su puesto de trabajo en Filón Planes, muy cerca de Nerva, la tierra de Daniel Vázquez Díaz, al que conocía. Mi padre era el encargado de la fragua y allí me dedicaba yo a ver la luz, los colores, los minerales, y la cara renegrida de los picadores, bajé en una ocasión a contramina, impresionante, y realicé decenas de dibujos para los obreros que me trataban “a cuerpo de rey” a pesar de que, ya entonces, respiraba republicano gracias a mi padre y la Pirenaica. Esta composición refleja el tremendo ruido que allí se oía de los ventiladores que sacaban el aire contaminado del subsuelo, y de las explosiones a cielo abierto de la Corta Atalaya, donde fue trasladado mi padre años más tarde. El cielo rojo es una licencia a las voces de aquella radio que mantenía la esperanza entre los que sobrevivieron al genocidio ocurrido en la Cuenca Minera en la guerra civil. En Riotinto hicieron desaparecer a un hermano de mi padre con apenas 17 años, no se supo más de él, se llamaba como yo y a él dedico este óleo.

18 enero 2010

Cuadernos de El Argonauta

Cuaderno de El Argonauta reúne las 55 columnas de opiníón, más una inédita, que el periodista Miguel Angel Gea publicó en el diario El Mundo-Huelva Noticias durante los años 2002 y 2003 bajo el título genérico de El Argonauta. Algunos de esos artículos han sido ilustrados por mi, además de la portada que se reproduce a la izquierda, naturalmente. Además, el libro recopila otros textos periodísticos de Gea aparecidos en diversos medios escritos de la provincia de Huelva entre los años 1991 y 2002. Los beneficios que se obtengan por la venta de este libro se ceden a la Asociación Andaluza de Familias Acogedoras (AA FA) para contribuir a su noble y, en muchas ocasiones, sacrificada labor.

17 enero 2010

Puedo escribir los versos más tristes esta noche...

 Esto va casi siempre de pintura pero hoy hago una parada en mis más queridos monstruos de la pluma: Gabriel García Márquez, todo un fenómeno de la literatura en lengua española. Un número uno mundial. Yo recomiendo siempre este libro suyo: “Memoria de mis putas tristes” porque es poco voluminoso, y, sin embargo, magnífico, por lo que hace justicia al dicho de que “lo breve si bueno, dos veces bueno”. Tan bueno por lo menos como José Saramago, pues una vez leído su “Ensayo sobre la ceguera” o su “Manual de Pintura y caligrafía” (en la que nos acerca a la obra de pintores muy importantes en la Historia del Arte) se comprende en seguida que éste portugués estaba también predestinado a conquistar el Premio Nobel de Literatura. Y, cómo no referirse al gran poeta español Miguel Hernández, compañero del alma, compañero. A nuestro moguereño Juan Ramón Jiménez..., mientras otro inmortal como Pablo Neruda, también Premio Nobel de Literatura en 1971, poco antes de que Pinochet y la CIA acabasen con Salvador Allende y con la esperanza del autor del libro “20 poemas de amor y una canción desesperada”. El Poema 20, mi preferido, que otro día tendrá cabida aquí. Acompaño estas letras con un cuadro que pinté hace años.


16 enero 2010

Zalamea, Huelva: Aborregan, luego les votan

Para mañana domingo, nuestro dibujo editorial en el diario Huelva Información es una reflexión sobre la "insoportable levedad" de pensamiento que están enquistando en nuestra sociedad, una auténtica catástrofe cultural acorde con la clase dirigente que sufrimos.

15 enero 2010

Zalamea, Huelva: Con nuestro dinero no se juega


El responsable del Psoe de Huelva, Mario Jiménez, aseguró hoy que unas 87.000 personas se "benefician de pensiones" en la provincia de Huelva, y destacó además que se trata de un sistema que está "plenamente garantizado", así como que su formación "sigue cumpliendo con el requisito de dignificarlo". En declaraciones a los periodistas antes de mantener un encuentro, con un grupo de personas mayores para hablarles sobre el sistema de pensiones. Nosotros hemos querido señalar en el dibujo editorial que publicamos cada día en el Huelva Información, que la manipulación de los pensionistas da náuseas, que las pensiones no las da graciosamente el Gobierno de turno sino que es dinero del pueblo que trabaja, que es quien cotiza para que, llegado el momento, se lo devuelvan todos los meses. Nada hay que agradecerles, los políticos están ahí para que gestionen bien nuestros ahorros, que para eso, les pagamos (y bien pagado) el sueldo con el que la clase política vive de puta madre.
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14 enero 2010

Mala suerte, Haití

Doña Huelva, nuestra amiga del Huelva Información, tan descreída como su autor, acude a un acto en el que se pide una oración por los damnificados del terremoto ocurrido ayer en Haití. Su pensamiento es muy elocuente: se caga en la madre que pario a la mala suerte... Picar para ampliar

13 enero 2010

Zalamea, Huelva: Homenaje a las madres


Acabo de enterarme de que un muchacho a sido detenido por agredir a su madre. Sin entrar en los motivos que haya tenido me resultan inconcebibles estas actitudes. Por supuesto que a mi Doña Huelva y a mí nos duele que hayan abortos, debe ser terrible, pero estos momentos son muy duros para quienes pensamos que una madre es lo más grande que hay en el mundo. Y más cuando pienso en la mía. Picar para ampliar

12 enero 2010

Zalamea, Huelva: Homenaje al mundo del trabajo

Homenaje al mundo del trabajo. Esta escultura está formada por trozos de madera irregulares adheridas unas con otras por medio de puntillas, grapas y pegamento de acuerdo con la casuística que en ese momento tenía en la cabeza. La obra muestra lo simple que pueden ser las cosas cuando se tiene “hambre” de crear. La creación es la esencia del arte, o al menos eso pienso en este momento en que tengo la pieza frente a mí, y sus ojos profundos bajo unas cejas violetas por donde baja una gran nariz roja que señala a la boca: punto, amarilla y blanca. No sería necesario abrir boca alguna para describir el arte, pero bien es verdad que, a veces, se necesitan una cuantas palabras que nos indiquen el camino a seguir. Siguiendo hacia abajo: dos botones de la camisa y una base donde los blancos y grises acotan la poco convencional estructura. Todas estas piezas tienen por objeto dar “vida” a una idea, a un recuerdo para los que, de la nada, hacen grandes cosas, cosas como labrar la tierra, levantar casas y monumentos y mantener la vida con su trabajo. A ellos, a los trabajadores y trabajadoras va dedicada esta escultura.

11 enero 2010

Zalamea,Huelva: Clandestino


El título de “Clandestino” a este cuadro no se lo puse por casualidad, estaba escuchando la célebre canción de Manu Chao y empecé a cortar retazos de otros cuadros formando un collage. Tenía por el estudio un boceto del retrato que le hice a un maestro de escuelas represaliado durante el franquismo, don Adriano Gómez, y también lo coloqué en los extremos con los ojos y la boca tapados con una gruesa pincelada negra. El resto de las pinceladas las coloqué con brío y con seguridad mezclando entre sí el espíritu y el alma en la penumbra de una secuencia semi abstracta. No tenía una idea preconcebida, pero a medida que sonaba la impresionante música de Manu, me iba reafirmando en las dificultades de una persona clandestina preocupada de ser descubierta y detenida por defender la libertad, algo que yo llevé conmigo durante muchos años de antifascismo en Barcelona (y también después durante bastante tiempo). Mide 120 x 100 cm. y está pintada al óleo sobre lienzo y pegada a tabla. Es una de esas obras que reproducen el interior de uno mismo y que, después, vas introduciendo en lo más hondo de las emociones, recuerdos, luchas, fracasos y también victorias. Hasta la victoria siempre.

09 enero 2010

Zalamea,Huelva: Plaza de San Pedro

Formas y colores se concentran sobre el núcleo duro de unas palmeras de la Plaza de San Pedro, en Huelva, donde estaba la sede del diario Huelva Información que yo ayudé a crear haciendo la maqueta del mismo y el logotipo que vemos abajo, a la izquierda. Las manos que sujetan el periódico, las de su primer director, Fernando Merchán, nos ofrecen una de sus primeras páginas; al fondo, entre planos cristalizados, aparece la iglesia bajo densos nubarrones que envuelven la escena. Las formas fragmentadas y abstractas se mezclan conscientemente con un realismo expresionista, a veces brutal, de rebelión continua contra lo pictóricamente correcto, a veces suave dejando pequeños tonos de azules velazqueños. En la acera de casas de la derecha, un bar donde la redacción se tomaba un café de vez en cuando, una clínica donde un día tuve que ser intervenido de un leve achaque, y, como decía, la Redacción de “mi” diario. La obra mide 100 x 81 cm., está pintada al óleo sobre lienzo y se encuentra en la actual sede, en la avenida Francisco Montenegro.

08 enero 2010

Zalamea,Huelva: La gran capitana

Desde que teníamos uso de razón, la mayoría de los niños de Huelva sabían qué era la Gran Capitán, además de una calle cercana a la carretera de Gibraleón, un lugar donde se ejercía la prostitución. Este cuadro, expuesto junto a otros de un igual y considerable tamaño (162 x 130 cm.) representa a una de aquellas señoras dedicadas a tan relajante trabajo. Desde la puerta de los bares de cita se veía el interior, este cuadro lo pinté en memoria de esas mujeres, sin ningún sentimiento de ridiculizarlas sino todo lo contrario, con colores radiantes que se arremolinan en la parte superior derecha que convergen en un cigarro que marca la línea a traspasar. En el centro tenemos los labios rojos, bajo una nariz helénica y ojos profundos y entornados, un poco hinchados quizás por las malas noches. Los pechos al aire, la sombra ocre de una amor lejano y una estrella, roja también para infringir, aún más si cabe, la hipocresía de una época, de todas las épocas, en las que la verdad desnuda era duramente reprimida por la oficial. El cuadro viajó a Madrid, donde permanece en una colección particular pero la “Gran capitana” renace cada día en cualquier lugar del mundo.

07 enero 2010

Zalamea, Huelva: Estación Nueva


Pintado al óleo sobre lienzo, y éste montado en tabla, mide 40 x 30 cm y es una visión rápida de la “Estación Nueva” del tren de Riotinto. Todos los elementos de esta obra están realizados sin concesión al detalle, el edificio, el cielo y la tierra de rosas, azules, rojos y sienas están relacionados para hacer más emotiva la escena. La pintura fue aplicada a la tela con un espesor grande; en algunas de sus partes los blancos dejan ver los distintos planos de la gran mole donde, además de ser inicio y fin de carrera del tren minero, se hallaba la oficina donde los familiares de los obreros iban a cobrar el mísero sueldo semanal. En el letrero todavía se podía ver el nombre del pueblo: “Zalamea la Real”, Este cuadro forma parte de una amplia serie realizada sobre 1992 donde fueron plasmadas también las estaciones del ferrocarril minero de Nerva, Riotinto y Campillo.

06 enero 2010

Zalamea, Huelva: Puente de San Blas


El puente de San Blas es una de las emblemáticas construcciones que los británicos dejaron en Zalamea tras su marcha de las minas de Río Tinto, sobre él circulaban los trenes de los obreros zalameños hasta su trabajo en contramina, talleres, balsas, mantenimiento, etc. Fue construido a principio del siglo XX. Yo viajé multitud de veces bien fuera a entrenar o jugar al fútbol en el amater del Riotinto Balompié y en el Nerva CF o a estudiar en las escuelas profesionales, a veces no esperaba al tren y marchaba andando por encima de las vías. Por debajo, por el ojo de la derecha, circulaba el tren hacia San Juan del Puerto, por el otro hacia la ermita de San Blas del que tomó su nombre. Está pintado al óleo sobre lienzo montado en tabla, mide 40 x 30 cm y es la segunda versión, la primera medía 100 x 81 y fue expuesta en Nerva donde lo adquirió un farmacéutico de Puente Genil, seguramente por recuerdo al nombre de su pueblo. Las barandas de arriba ya estaban rotas, los colores fueron depositados con determinación y envueltos en el ambiente violáceo típico de los minerales que transportaban las vagonetas.  Picar para ampliar

05 enero 2010

Zalamea, Huelva. Ayamonte: Premio Luz de Otoño

La pintura, como ya venimos diciendo, es vida, es recrear las cosas, unas veces de forma racional y otras con ese dejarse llevar. Aplicando solo técnica y raciocinio el Arte no aparecerá ni por asomo. Si por el contrario, tenemos resuelto el tema técnico, lo mejor es disfrutar mientras se lucha con la obra que traemos entre manos.
Eso fue lo que yo sentí en Ayamonte durante el Concurso de Pintura Rápida, el primero de los pocos que he ido, aunque tengo que reconocer que cada día me gusta más pasar un día de Pintura junto a los demás colegas. Me puse junto al puerto y empecé a preparar los colores, me gusta hacer antes la paleta de colores que voy a utilizar para después ir poniendo cada tono en su sitio. Dibujé rápido los contornos y fui repartiendo el óleo con todo el mimo posible sobre la tela.
Se acercaron varias personas a ver como trabajaba y crucé con ellos algunas palabras pero recuerdo que no podía seguirles la conversación. El día era especial, tenía esa atmósfera otoñal que desprende la mar y el río. El Guadiana ya a punto de morir sobre al Atlántico. Fueron cinco horas intensas que le deja a uno casi desfallecido. En un momento dado se me enciende la lucecita de aviso: “Ojo no te pases”
Doy por terminada la obra (saber terminar a tiempo es una victoria), es fundamental, de otra forma lo más probable es que empecemos a pintar sobre lo pintado y el cuadro pierda la frescura que deseamos.
Así que recogí los bártulos, me dirigí al lugar señalado, esperamos el fallo del jurado. A este cuadro le dieron el Primer Premio de Pintura “Luz de Otoño” de Ayamonte y después me lo compró un ayamontino. El señor Espina para más señas. Espero que los “reyes” sean benévolos con todo el mundo.

04 enero 2010

Zalamea "La Placeta de Huelva versión enero 2010"


Esta es la segunda versión que hago de una de las más conocidas plazas de Huelva, La Placeta. Mide 130 x 98 centímetros y está pintada al óleo sobre lienzo. En un día gris de un invierno lluvioso como es el final de 2009, la gente sale a sus compras de Navidad mientras una suave neblina lo invade todo. Con el imponente edificio de la Telefónica en el centro de la imagen, ágila incluído, y el antiguo de almacenes Arcos, ahora llamado Cortefiel, con las balconadas verdes. A la izquierda uno de los pocos edificios de época que van quedando en la capital onubense ofrece un poco de rojo romano en la esquina superior izquierda, mientras el farol apagado en primer término espera su  momento para iluminar a los castizos de la zona más céntrica de la capital. A la derecha, unas construcciones modernas que he tratado de encajar en la composición. Propiedad de un oleccionista particular. Buen año a todos y todas y Picar para ampliar

02 enero 2010

Zalamea, Huelva: Belén Esteban

Acaba de pasar el día primero de enero de 2010 cuando me enteré por los medios de comunicación de que Belén Esteban es el "personaje del año" en España. En un ejercicio de tristeza infinita he realizado este dibujo en el que, recordando que el señor Zapatero presidirá la Unión Europea durante los próximos seis meses, Doña Huelva recapacita sobre la cultura de un país que llega a estos extremos de incomprensibles pamplinas. Dicen que cada pueblo tiene lo que se merece: más de 4 millones de parados que están bien adoctrinados para votar lo que les "ordenen" desde los todopoderosos medios de comunicación que pagamos todos vía subvenciones o similares. Una pena, penita, pena... Picar para ampliar