05 enero 2010

Zalamea, Huelva. Ayamonte: Premio Luz de Otoño

La pintura, como ya venimos diciendo, es vida, es recrear las cosas, unas veces de forma racional y otras con ese dejarse llevar. Aplicando solo técnica y raciocinio el Arte no aparecerá ni por asomo. Si por el contrario, tenemos resuelto el tema técnico, lo mejor es disfrutar mientras se lucha con la obra que traemos entre manos.
Eso fue lo que yo sentí en Ayamonte durante el Concurso de Pintura Rápida, el primero de los pocos que he ido, aunque tengo que reconocer que cada día me gusta más pasar un día de Pintura junto a los demás colegas. Me puse junto al puerto y empecé a preparar los colores, me gusta hacer antes la paleta de colores que voy a utilizar para después ir poniendo cada tono en su sitio. Dibujé rápido los contornos y fui repartiendo el óleo con todo el mimo posible sobre la tela.
Se acercaron varias personas a ver como trabajaba y crucé con ellos algunas palabras pero recuerdo que no podía seguirles la conversación. El día era especial, tenía esa atmósfera otoñal que desprende la mar y el río. El Guadiana ya a punto de morir sobre al Atlántico. Fueron cinco horas intensas que le deja a uno casi desfallecido. En un momento dado se me enciende la lucecita de aviso: “Ojo no te pases”
Doy por terminada la obra (saber terminar a tiempo es una victoria), es fundamental, de otra forma lo más probable es que empecemos a pintar sobre lo pintado y el cuadro pierda la frescura que deseamos.
Así que recogí los bártulos, me dirigí al lugar señalado, esperamos el fallo del jurado. A este cuadro le dieron el Primer Premio de Pintura “Luz de Otoño” de Ayamonte y después me lo compró un ayamontino. El señor Espina para más señas. Espero que los “reyes” sean benévolos con todo el mundo.