19 enero 2010

Minas de Riotinto: en Filón Planes junto a Nerva

Con fuerza y decisión me puse a dejar constancia pictórica de mis recuerdos mineros. Cuando era un niño, mi padre me llevó en dos o tres ocasiones a su puesto de trabajo en Filón Planes, muy cerca de Nerva, la tierra de Daniel Vázquez Díaz, al que conocía. Mi padre era el encargado de la fragua y allí me dedicaba yo a ver la luz, los colores, los minerales, y la cara renegrida de los picadores, bajé en una ocasión a contramina, impresionante, y realicé decenas de dibujos para los obreros que me trataban “a cuerpo de rey” a pesar de que, ya entonces, respiraba republicano gracias a mi padre y la Pirenaica. Esta composición refleja el tremendo ruido que allí se oía de los ventiladores que sacaban el aire contaminado del subsuelo, y de las explosiones a cielo abierto de la Corta Atalaya, donde fue trasladado mi padre años más tarde. El cielo rojo es una licencia a las voces de aquella radio que mantenía la esperanza entre los que sobrevivieron al genocidio ocurrido en la Cuenca Minera en la guerra civil. En Riotinto hicieron desaparecer a un hermano de mi padre con apenas 17 años, no se supo más de él, se llamaba como yo y a él dedico este óleo.