22 enero 2010

Comer y fumar lo justo

Parece que Don Quijote le dijo a Sancho (al verlo tan rechoncho y con el asfixie clásico del enorme perímetro barrigal que lucía) que se comiese poco y se cenase menos ‘dado que la salud se fragua en el estómago’.
Y parece que llevaba más razón que un ‘santo endocrino’ de los de cien euros por visita y ‘vuelva usted mañana’ (rememorando el título de las viñetas que un muy amigo mío deja cada día en el periódico) o vuelva dentro de unos meses donde se pesará, medirá barriga y cuello y le insuflará la suficiente ilusión como para que no se olvide ‘pasar por taquilla’ de forma intermitente, entre dieta de adelgazamiento y dieta de engorde.
Llevaba razón el manco de Lepanto: comamos poco y cenemos menos, bebamos lo suficiente y fumemos lo imprescindible para no engordar la deuda del SAS…, pero con el suficiente tacto para que la santísima Junta de la autonosuya pueda mantener abiertas las fábricas de tabacos andaluces, no se vaya a producir una toma de conciencia social del currante y fiel votante fumador, sobre todo cuando toque recuento de papeletas en las opacas urnas de ésta, algún día, transparente democracia.
Hoy, el revés que normalmente, acompañamos este artículo publicado en el Huelva Información con un cuadro al óleo de 100 x 81 dedicado al gran tocayo mío “A Vincent van Gohg y a todos los locos por la pintura” escribo en el mismo lienzo que tengo colgado en mi casa de Zalamea. Fresas de Palos, manzana de Lepe, naranja de Moguer, un vaso de agua del Pilar de las Indias y unos toques verdes como centro de la composición.