28 enero 2010

Zalamea, Pasó un tren por el Puente de San Blas

Los dos ojos del viaducto dejan ver a lo lejos un cielo color crema que, sobre las barandas que protejen al peatón de una caída, se va convirtiendo en verdadero torbellino de humos y nubes, como si un huracán abrasador estuviese merodeando por la zona. Acaba de pasar un tren cargado de mineros hacia su faena diaria en contramina, las balsas, construcción casas, filón norte o sur... Sigo pintando junto a la otra vía, la que viene de la Estación Vieja y pasa por el ojo de la derecha camino de Huelva. La sensación de serenidad me lleva a una tranquila meditación, sentado sobre los riscos de tonos pastel, muy distinta al oscuro contorno de esta obra, pintada al óleo sobre lienzo de 100 x 81 cm.