El que sabe y calla es un criminal
¿Qué es lo que pasa en nuestro país? Ocurre que el miedo se ha apoderado de los españoles no rateros; miedo al paro, a los poderes económicos, a que vengan a desahuciar a una anciana de su vivienda de toda la vida, porque un hijo tuvo que hipotecarla y ahora no puede pagarla.
¿Quién es el culpable de este estado de cosas? Entre todos la mataron y ella sola se murió; es lo más cercano a la realidad que nos afecta, es decir todos –casi- tenemos parte de culpa, bien sea por el miedo que tan bien manejan los estados o por el atontamiento colectivo que azota a la mayoría de las mentes expuestas a la propaganda de los dueños de todo.
¿Cómo poder parar esta dinámica terrorífica que amenaza con acabar con el ser humano, como ser humano? Sugiriendo a las cada vez más escasas mentes sensibles y pensantes que dejen de mirarse el ombligo y salgan a los bares y tabernas, discotecas, parques y jardines a hablar de los problemas reales, interrumpiendo una buena charla de fútbol-droga, juegos de ordenador, marcas de pantalones, móviles o wasaps.
¿Cuándo empezar? A cualquier hora del día, de la noche o de la madrugada que se tercie. Hay que hacer proselitismo, hay que hacer política de concienciación. Como dejó escrito Bertolt Brecht: "El que no sabe es un imbécil. El que sabe y calla es un criminal".
¿A dónde debemos dirigirnos? Adonde nos invita Gabriel Celaya: "A la calle, que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo..."
