11 noviembre 2009

--Zalamea Editorial: Insolidarios no, gracias

A Marcelino Camacho: Va a ser la primera vez que uno se tira piedras a su propio tejado, pero un sindicalista apellidado Lepe, tuvo el humor, negro diría yo, de pedir al Gobierno y a la Junta que "mientras haya un solo parado en la comunidad y en el territorio nacional, no permita la llegada de contingentes a la campaña agrícola de Huelva". A mí me revienta el invento de producir más (fresas o naranjas) de lo que se puede recoger, y hacerlo pensando en los esclavos que se esclavizarán lo suficiente para que un buen señor se compre su Patrol, Mercedes, el chalet y el barquito en Mazagón, el pisito en Sevilla y si cae alguna subvención por el mal tiempo mejor que mejor. Pero un sevillano, Valentín Corvillo, y unos cuantos más nos reuníamos para formar las Comisiones Obreras en el Polo Químico de Huelva. Conocíamos a muchos compañeros que habían vuelto de la emigración alemana, de Francia o Bélgica. Yo mismo emigré a Barcelona. Si el nacionalismo se cura viajando, el racismo y la insolidaridad se curan emigrando. Hay días que mejor no leer ciertas declaraciones querido Marcelino.