21 enero 2010

Realidades cotidianas

Esta es una obra meticulosamente elaborada con varios elementos reconocibles de Zalamea la Real. Arriba, a la izquierda, el Pilar de la Fuente enmarcado junto a una vista del conjunto iglesia-torre desde el Paseo Redondo. Un despliegue total de elementos abstractos se combinan con lo real. Real como la vida misma es la cara amable de la torre con su reloj sobre pinceladas sueltas y amplias y el rostro juvenil sacado de la ingente iconografía artística. Es un cuadro realizado con la soltura que en muchos momentos no se presenta, se ve que ese día era de los que uno sí se siente “en forma”. A mi me subyuga seleccionar objetos e imágenes dispares, unir arte y vida, recuerdos y realidad constante y sonante. Mide 75 por 75 centímetros y esta pintado al óleo sobre lienzo.