27 agosto 2009


Julio II le pidió a Miguel Ángel que decorase el techo de la Capilla Sixtina, encargo que el artista se resistió a aceptar, puesto que se consideraba ante todo un escultor, pero que se convirtió finalmente en su creación más sublime. Alrededor de las escenas centrales, que representan episodios del Génesis, se despliega un conjunto de profetas, sibilas y jóvenes desnudos, en un todo unitario dominado por dos cualidades esenciales: belleza física y energía dinámica. Nosotros hemos querido ver un poco más allá de la rutina pictórica y sonreir ante ciertos "olvidos".