03 julio 2014

Mundial, Brasil… y Mújica vente pa quí

Mundial, Brasil… y Mújica vente pa quí  (Por: Vicente Toti)
Estamos en verano y, cuando escribo estas letras, no ha terminado el Mundial do Brasil. Así que, como España dio la cantada, pienso cuando mi hijo me preguntó de niño en unos mundiales: “Papá ¿nosotros con quien vamos?” con el equipo más pobre, le respondí. Yo no me acordaba de esto pero en la presentación de un libro mío en la Universidad de Huelva lo dijo. Y así seguimos...
Siempre pierden los mismos, en Brasil, el racismo soterrado, hace que la inmensa mayoría de los brasileños que acceden al campo sean de raza blanca y eso que la mitad de la población es negra o mulata, es decir, pobres a quienes les gusta el fútbol pero mucho más comer, de ahí su cabreo contra el sistema y el alto precio de las entradas.
Hemos visto el cabreo del presidente uruguayo, Pepe Mújica, por la desconsiderada sanción a Luis Suárez por un pequeño mordisco a un contrario. Suárez se ha disculpado pero el gran presidente Mújica, que no se muerde la lengua, dijo que los dirigentes de la FIFA eran unos hijos de puta... (Y se ha corroborado porque al autor de una escalofriante entrada a un jugador africano con rotura de tibia y peroné no le enseñaron ni la tarjeta amarilla)
Además, se dice que este mundial ha sido la gran venganza del mundo hacia los norteamericanos por la comida basura, las bebidas basuras o la violencia que exportan. ¿Cuál ha sido la venganza? ¡Le han inoculado el virus del fútbol! (Que se jodan, como les dice la famosa diputada del Pp a los trabajadores...)
Por cierto, con qué poquito trabajo el Messi ha conseguido que Argentina supere las eliminatorias. Cosa de los genios. Aunque otro mucho menos genio pero más cristiano (Ronaldo) se tuvo que conformar con otro pasaje de vuelta.
Los que sí se están portando como fenómenos son los porteros: Ochoa, Howard o Courtois (que con esa carita tan triste es capaz de alegrar la vida a media Bélgica (y a la otra media).
Todo va trascurriendo entre prórrogas y penaltis, tarjetas amarillas y rojas, así como una multitud de tatuajes, que recuerdan a los caballeros legionarios españoles de Sidi Ifni.
Ah, y el tostón de Maldini que me hace quitar el volumen del televisor porque no deja que uno pueda ver el partido sin tener que pensar si fulanito juega en el Mónaco de lateral pero se le da mejor de portero...

Lo dicho:  chapeau, mon cher président Mújica.