08 enero 2010

Zalamea,Huelva: La gran capitana

Desde que teníamos uso de razón, la mayoría de los niños de Huelva sabían qué era la Gran Capitán, además de una calle cercana a la carretera de Gibraleón, un lugar donde se ejercía la prostitución. Este cuadro, expuesto junto a otros de un igual y considerable tamaño (162 x 130 cm.) representa a una de aquellas señoras dedicadas a tan relajante trabajo. Desde la puerta de los bares de cita se veía el interior, este cuadro lo pinté en memoria de esas mujeres, sin ningún sentimiento de ridiculizarlas sino todo lo contrario, con colores radiantes que se arremolinan en la parte superior derecha que convergen en un cigarro que marca la línea a traspasar. En el centro tenemos los labios rojos, bajo una nariz helénica y ojos profundos y entornados, un poco hinchados quizás por las malas noches. Los pechos al aire, la sombra ocre de una amor lejano y una estrella, roja también para infringir, aún más si cabe, la hipocresía de una época, de todas las épocas, en las que la verdad desnuda era duramente reprimida por la oficial. El cuadro viajó a Madrid, donde permanece en una colección particular pero la “Gran capitana” renace cada día en cualquier lugar del mundo.