Un día me llamó Maruja, esposa de Primitivo Lázaro, el gran compositor invidente autor entre otra muchas obras de "Cuando se ponga el sol", zarzuela en dos actos con libreto de Diego de Figueroa. Les pinté a tamaño natural, ella soriente, con esa media sonrisa encantadora tan característica y él con sus habituales gafas oscuras, pelo hacia atrás y semblante tranquilo. Ambos envueltos en distintos tonos: violetas y amarillos Maruja, rojizos y ocres Primitivo. No fueron dos retratos más, fueron muchas horas compartidas con dos personalidades realmente entrañables.19 diciembre 2009
Mirar un cuadro: Maruja y Primitivo
Un día me llamó Maruja, esposa de Primitivo Lázaro, el gran compositor invidente autor entre otra muchas obras de "Cuando se ponga el sol", zarzuela en dos actos con libreto de Diego de Figueroa. Les pinté a tamaño natural, ella soriente, con esa media sonrisa encantadora tan característica y él con sus habituales gafas oscuras, pelo hacia atrás y semblante tranquilo. Ambos envueltos en distintos tonos: violetas y amarillos Maruja, rojizos y ocres Primitivo. No fueron dos retratos más, fueron muchas horas compartidas con dos personalidades realmente entrañables.
Etiquetas:
arte,
huelva,
mirar un cuadro,
pintura,
zalamea